LA PARÁBOLA DE LAS ROSETAS DE MAÍZ
En una cosecha de maíz se produjeron mucchos granos, los cuales se secaron y prepararon para la mano de tostador.
Y aconteció que el tostador tomo llos granostomó los granos, que le eran iguales a la vista, a los que les aplico aceite y calor...
Sucedió que con el calor, algunos granos explotaron con promesas, fe y se multiplicaron por ciento, algunos revantaron con gran blancura que agrado tanto a la vista, como al paladar del Tostador.
Hubo algunos granos que tan solo yacieron ahi, aunque el calor era el mismo para todos, no hicieron más que complacerse en el calor del aceite y permanecieron como al principio.
Aconteció que aquellos que habían dado de si, se engrandecieron, llenaron de gozo y deleite a muchos; pero aquellos que retuvieron el calor y no estallaron no cumplieron su proposito.
Aunque todos al principio parecían semejantes, pero al aplicar el calor, algunos dejan de estallar y permanecen inmutables; mientras que otros se aparecen, viven por fé, desarrollan sus talentos y lo dan todo, Son estos los que cosechan las rencopensas de la grandeza.
Creado por Floyd y Ann Holdman
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